[JOHN HUGHES] Hasta tanto que la cultura de la auditoría sea reformada y esté en funcionamiento un regulador nuevo y más efectivo, los socios de las firmas de auditoría seguirán cosechando enormes recompensas financieras, a pesar de los continuos fracasos de las auditorías que dañan la confianza de los negocios y nuestra economía en general.
Si bien los auditores están requeridos a incluir una alarma de empresa en marcha si consideran que hay un riesgo de que la compañía puede ir a bancarrota, más que hacer una predicción de que así será, parece que en la práctica no lo están haciendo, por lo menos en la forma y oportunidad debidas.
