[SAMUEL MANTILLA] La presentación de reportes de sostenibilidad (¿Declaraciones o Estados?) cada día está más enredada, tanto por decisiones políticas (de USA y de la EU que la han ralentizado) como por las debilidades técnicas contenidas en los requerimientos normativos.
Por los lados de los IFRS/NIIF, hay dificultades en la integración de la información contable y la de la sostenibilidad, habida cuenta que la sola materialidad financiera (requerida tanto por IASB como por ISSB) no satisface completamente dado que le falta lo relacionado con la materialidad del impacto, para completar la doble materialidad. Su concretarse en los Estándares de SASB (‘para satisfacer los requerimientos de industria’) ha implicado la actual revisión comprensiva de éstos, de una manera no muy convincente.
Por lo que se refiere a la Unión Europea, los requerimientos de la CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) han enfrentado dificultades al concretarse en los ESRS (European Sustainability Reporting Standards). En el presente, los ESRS están en proceso de revisión porque tienen amplio espacio de interpretación.
